El objetivo final del Yoga tiene que ver con la liberación (Kaivalya en sánscrito). Kaivalya va más allá de una mente concentrada. Se refiere a aquella persona que ha logrado gestionar de forma armónica su humanidad, su ignorancia. Al estado de liberación de todo condicionamiento, liberación de mis propios pensamientos, de mis mandatos, de mi propio juicio; liberación de los personajes que me invento escapando de mi naturaleza.
¿Por qué me parece sumamente importante remarcar esto? Porque muchas veces por desconocimiento del objetivo final del Yoga, terminamos practicando una buena gimnasia consciente. Y cuidado, que esto no es una crítica a la gimnasia consciente, más el Yoga no queda sólo en eso, sino que tiene que ver con una forma de estar en la vida.
El Yoga no tiene que ver con llegar a poner los pies arriba de la cabeza o quedarme meditando varias horas. No es mejor practicante quien llega a esto.
La práctica tiene que ser respetuosa y cuidadosa. Lo importante es estar en contacto con lo que estoy sintiendo y con lo que está pasando en mi cuerpo. Estar presente en el momento. Cuidarme implica re-conocer mis límites: hasta dónde puedo hoy.
Cuando cocino, manejo, me relaciono conmigo y con otros. Cuando trabajo, todo el tiempo puedo estar practicando Yoga.
La práctica de Asanas (posturas) tiene un principio y un fin, más EL YOGA SIEMPRE CONTINÚA.
Por Lucía Príncipi
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